Esta vitamina es esencial para la función normal del sistema nervioso, síntesis de ADN y desarrollo del tubo neural en el feto. Un déficit de la misma puede provocar cambios en la estructura de las células sanguíneas y el desarrollo de síntomas hematológicos y neurológicos, como lo son la anemia (lo más común) y la neuropatía.
Que sea esencial significa que nuestro organismo no la produce por sí sola y por tanto necesitamos su aporte de manera exógena: a través de los alimentos o de los suplementos.